Se estima que más de 300 millones de personas necesitarán asistencia y protección humanitaria en 2024 a causa de los conflictos, el cambio climático y otros factores.
¡Qué vida más difícil la que nos ha tocado vivir!, y no es que la vida se fácil, todo lo contrario… para disfrutarla hay que esforzarse, quienes no nacemos en un primer mundo, en una familia asentada con una economía asegurada, vivir es una labor del día a día, para muchos se trata de sobrevivir.
Despertar, desayunar, tomar un baño caliente, tener al menos un cambio de ropa para cada día de la semana, un calzado, acudir a una jornada laboral, comer, y regresar a un techo seguro para poder descansar, todo eso sería una naturalidad para una mayoría, sin embargo, también hay una mayoría que consideraría eso un lujo, incluso un imposible.
Pandemias, guerras, sequias, terremotos, inundaciones, conflictos varios en el mundo cuyas consecuencias merman la calidad de vida de muchos pueblos, ciudades, culturas, religiones, no obstante mermar no ha sido suficiente, hoy en día vemos y nos enteramos de cómo vivir llega a ser devastador para muchas personas en el mundo, dejándolas en una situación de vulnerabilidad extrema.
Atender, asistir y prestar auxilio, es una labor titánica, de valor, de resiliencia, riesgo y amor por la vida, una labor que ocupa de más de uno, de un colectivo y de alzar la voz, implica unir esfuerzos, trabajo, dolor y arriesgar la vida misma.
El 19 de agosto se conmemora el Dia Mundial de la Asistencia Humanitaria en todo el mundo, rindiendo homenaje a todos aquellos que participan en esta acción humanitaria, desde quienes lo enfrentan desde la primera línea, hasta aquellos que lideran organizaciones, trabajos y campañas en pro de la paz y el bienestar de la humanidad. Hoy es un día para honorificar y reconocer.
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