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Foto del escritorAlejandra Montoya

MUSCULOS, MUJERES Y MÁS




Si como mi genética indica, tuviera la fortuna de llegar a la edad de mi madre que hoy con sus casi 92 años se vale por sí misma, camina, sube y baja escaleras, se baña sola y se mantiene en forma, entonces deseo poder seguir haciendo ejercicio lo que me resta de vida.

 

Cuando rebasamos los 40, nuestro estilo de vida se encuentra en una etapa de responsabilidades, hábitos, costumbres y actividades estandarizadas, o por también decirlo, en una zona de confort. Como amas de casa, empresarias, trabajadoras que solemos ser en esta etapa, nuestro día a día comprende funciones que no varían en al menos 5 días de la semana y entre las muchas responsabilidades que debemos cumplir, el hacer o dedicarnos tiempo para el ejercicio, no es una prioridad, si, habrá quienes si lo hagan, por moda, por vanidad, por incluso encajar en un círculo social, pero realmente, ¿quiénes lo hacen verdaderamente por salud?

 

“Cuando se va perdiendo músculo, un 8% de la masa desde los 40 años con cada década, acelerándose más a partir de los 60, hay un mayor riesgo de sufrir pérdida de masa muscular, artritis, diabetes, osteoporosis, tensión arterial alta, colesterol elevado y dolores de espalda.”

 

Hoy contamos con opciones como Bamboo Salud Integral, en donde sus expertos a través de una cooperativa trabajan en favor de deportistas hombres y mujeres de todas las edades y en su mayoría de alto rendimiento, para el cuidado de su salud ósea, muscular e integral.

 

Tengo más de 40 y más allá de que el ejercicio ha fungido como una terapia en mi vida, durante los últimos años me he percibido como una persona más sana, cuando logro hacer que la actividad física, sea una prioridad en mi vida.  Alimentarme bien y sentirme cómoda ha sido siempre complicado, porque no puedo negar mi adicción por el pan y por los dulces, por la comida en general, me gusta comer y comer mucho, sin embargo, ya no estoy en edad o mas bien mi cuerpo, mis hormonas y mi metabolismo ya no logran asimilar nada como aun hacían en los tempranos treintas. Desde aquel entonces ya era consciente de que las dietas de moda no eran ni serán nunca la opción para mí, así que decidí confiar en los expertos y llevo más de una década aprendiendo qué es lo mejor para mi cuerpo, qué puede asimilar, qué puede hacerlo feliz y si, ahora me importa qué es lo que puede hacerlo fuerte.

 

El año pasado decidí acudir con una nueva nutrióloga, experta en mujeres en etapa de perimenopausia, me cuesta trabajo hasta escribirlo, pero hay que asumir que, a partir de los tardíos treintas, debemos considerarnos en esa fase. Y es que ya no se trata de vernos delgadas o pretender vernos estilizadas o curvilíneas, ahora se trata de ser fuertes, de preocuparnos por la cantidad de grasa visceral, de la densidad ósea y de masa muscular, porque ¡nadie quiere llegar a los 60 o 70 con un bastón, en una silla de ruedas, o con una postura que nos torture! Si puedo evitarlo, me voy a esforzar.

 

“Estudios revelan que ser físicamente activo y mantener la fuerza es uno de los mejores predictores de la longevidad, junto con no fumar y evitar enfermedades crónicas”

 

Correr es bueno para la salud, el yoga es bueno para la paz interior y la calma, he practicado esas actividades y me han hecho feliz, pero si adicional lo que busco ahora es recuperar mi masa muscular que no solo perdí a causa del COVID y mi depresión, hoy debo trabajar más en el ejercicio de fuerza, intento entrenar 5 veces a la semana y llevo una programación específica.

 

Comer bien, es crucial para que mi cuerpo pueda asimilar el esfuerzo y recuperarse de la destrucción por la que mi entrenador me hace pasar. Mi plan alimenticio indica carbohidratos moderados, incluyo proteína en cada comida, muy pocas grasas, vegetales, vegetales y más vegetales y frutas de forma moderada, adicional intento dormir mas de 6 horas e hidratarme adecuadamente. En los últimos meses he ganado kilo y medio de musculo, y aunque mi masa muscular es idónea, es importante no confiarme y no bajar la guardia.

 




Lo anterior me ha llevado a una conciencia más plena de mis capacidades y limitaciones, no antes de alcanzar cada una de las etapas vividas con plenitud, pero se que para seguir haciéndolo se requiere no solo de conciencia, sino de acción.

 

Superar la etapa adulta es difícil para hombres y mujeres, lo ideal sería vivirla lo más adecuada y sanamente posible, hoy en día tenemos a la mano alternativas como, acudir a un gimnasio, un parque o darnos el tiempo en casa para ejercitarnos. Adicional en la industria alimenticia marcas como Lyncott se ocupan de sacar al mercado productos reducidos en grasas, así como de indicar la cantidad de azucares y proteínas que nos aportan. Siempre será recomendable consultar con profesionales, nutriólogos, médicos y especialistas en salud integral, evitemos los pretextos y hagámoslo por nosotros, por los nuestros.

 

 

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